La misericordia de Dios se manifiesta de muchas formas. Por sí solo el hombre no puede hacer nada, pero como decía San Pablo: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
El demonio con sus engaños ha formado una red de seguidores alrededor del mundo con diferentes corrientes, como la santería, la brujería y la hechicería y demás prácticas esotéricas, incluso con jerarquías de poderes, y se vale de la ignorancia del hombre para hacerle creer que una vez acercado a él y habiendo hecho pactos a cambio de bienes del mundo, nunca podrá deshacer esas ataduras.
Revestidos de Dios nada nos puede dañar. Siguiendo a Cristo y manteniendo constantemente la gracia santificante, se está totalmente protegido y habilitado para rechazar cualquier ataque, pacto o atadura que por cualquier motivo se haya hecho. Al nombre de Cristo toda rodilla se dobla en el Cielo, la tierra y los infiernos.
