El esposo es de la esposa y la esposa es del esposo. Ambos tienen la responsabilidad de mantener viva la llama del amor, del respeto y de la unidad. Así como fue durante el noviazgo, hay que conservar los cuidados que se tenían, como la higiene corporal, el lenguaje, el trato amable e incluso por responsabilidad, la salud. De esta forma se mantendrá la admiración, el respeto y el amor en los esposos.